Hace calor, ¡como toda la vida!

El mes de julio pasado ha sido el más caluroso desde que se tienen registros meteorológicos; agosto también ha mostrado dos olas de calor máximas. Sin embargo, aún se oye, entre la gente del rural más alejada de los planteamientos ecologistas, el comentario tradicional del calor del verano: “¡como toda la vida!”.

También hay quien reconoce que las cosas no son como las de antes porque no llueve lo mismo, pero aún se resiste al cambio inevitable y sigue anclado en el marco de interpretación que vamos a denominar del regadío. Si no llueve, no queda otra que regar los cultivos porque la producción hay que mantenerla.

Además, a este segundo argumento, se ha surgido el movimiento político de ultra derecha que nada menos se atreve a cuestionar en público lo que la comunidad científica defiende con datos empíricos y con la unanimidad de la mayoría de los grupos de investigación del mundo. Incluso a ello se une la opinión de algún científico e intelectual que va por libre en las redes sociales y contradice abiertamente la posición unánime de la comunidad científica. Todo ello aparece en los medios de comunicación y, al final, hace dudar a la gente común.

Cuando llegan las catástrofes, es únicamente cuando la población reconoce la necesidad del cambio inevitable. Es lo que ha sucedido en Hawái, tras haberse arrasado por el incendio una ciudad de unos 12.000 habitantes (https://www.nationalgeographic.com.es/ciencia/incendios-hawai-peores-eeuu-victimas-maui_20557). Incendios cada vez más devastadores por la extrema sequía, la proliferación de vegetación foránea que no resiste el fuego como la autóctona, y los vientos huracanados cada vez más frecuentes por la alteración climática del calentamiento de la atmósfera; todo ello es lo que parece haber contribuido a este fuego de Hawái. Es la época de piroceno, la pérdida del control sobre el fuego, que puede arrasar grandes extensiones en muy poco tiempo, a pesar de la tecnología actual cada vez más sofisticada (https://www.climatica.lamarea.com/piroceno-edad-fuego-incendios-forestales/?s=03).

Otro de los graves problemas al que se enfrentan actualmente las zonas rurales por las altas temperaturas (sobre todo las del centro y sur peninsular) es la de la falta de agua y la desertización del suelo, tras años de agricultura basada en fertilizantes y pesticidas (la agroindustria).

¿Qué soluciones más rápidas se podrían implementar para empezar a revertir la desertización de los suelos? Desde la comunidad científica y la ecológica, se ofrece el recurso de lo que se denomina ahora la agricultura regenerativa.

Así se explica desde la web Regen Academy, dedicada al cultivo desde esta técnica y a la formación en ella (https://theregenacademy.com/):

“Poco a poco los suelos se fueron degradando por el exceso de labranza y la aplicación de productos de síntesis, reduciendo los márgenes de beneficio, muy ajustados de por sí en el sector agrario.

Hace unos 10 años, Francesc Font se dio cuenta de que sobrevivían gracias a las subvenciones, y comenzó a buscar alternativas, lo que le llevó a descubrir la agricultura regenerativa y comenzar a aplicarla en la finca… [El resultado de este tipo de agricultura es que el suelo en algunos casos ha pasado] de un 0,5% de materia orgánica a un 3,5% o incluso más.

… Cada incremento de la cantidad de materia orgánica de un suelo en un 1% equivale a un incremento en la capacidad de retención de agua de 230.000 litros por hectárea. ¡230.000 litros! La materia orgánica actúa como una esponja, absorbiendo el agua que cae sobre el suelo y evitando que la perdamos en forma de escorrentías, que además arrastran el suelo con ellas, erosionándolo.

… Regenerar es entender las causas reales de los problemas, para solucionarlos desde la raíz. Y normalmente los problemas se originan en el suelo. Cuando ponemos el foco en conseguir un suelo sano, las plantas que viven en él prosperan, y también lo pueden hacer los animales que consumen esas plantas y lo podemos hacer nosotros los seres humanos”. 

¿Por qué es necesario dejar de arar la tierra? Las razones de Regen Academy son las siguientes:

  • Al exponer el suelo al aire y al sol, se oxida la materia orgánica, perdiendo fertilidad.
  • Se libera CO2 a la atmósfera.
  • Destruye la microbiología del suelo, que ya no puede intervenir en la nutrición de los cultivos.
  • Perturba la cadena trófica del suelo, perdemos biodiversidad.
  • Las plantas se vuelven más vulnerables a plagas y enfermedades.
  • Provoca el sellado del suelo, que pierde capacidad de infiltración (aunque al principio parezca lo contrario).
  • Al no haber raíces que sujeten el suelo, provoca erosión.
  • La maquinaria provoca compactación (eliminación de la porosidad del suelo).
  • Las raíces no pueden crecer bien, lo que afecta al crecimiento de las plantas.
  • La ausencia de plantas inmoviliza los minerales del suelo.
  • Cuando llueve, un suelo cubierto retiene gran cantidad de agua. En un suelo arado o labrado, buena parte del agua no se infiltra y se evapora o corre hacia terrenos más llanos.

Frente a la agricultura convencional que lleva a la desertización del suelo, la agricultura regenerativa podría ser una herramienta clave para revertir esta desertización que está provocando el cambio climático, sobre todo en las zonas de secano.

Esta metodología para la producción de alimentos potencia los ciclos naturales que capturan el carbono atmosférico y lo depositan en el suelo, reduciendo la concentración de carbono en la atmósfera al mismo tiempo que aumenta la fertilidad y la capacidad de retención de agua de los terrenos.

La agricultura convencional ha provocado también un gran deterioro de la salud. Los alimentos actuales tienen hasta un 80% menos de nutrientes y sobre todo les sobran sustancias tóxicas. El aumento del cáncer, de muertes prematuras por el exceso de calor, de la contaminación, de los virus; el deterioro de la salud física por la obesidad y la salud mental por el desequilibrio medioambiental y las urbes masificadas, entre otras causas, muestran la relación cada vez más estrecha entre la salud humana, y la salud animal y vegetal (véase al respecto la Plataforma One Health: https://onehealthplataforma.es/).

¿Podemos seguir resistiéndonos a lo que se considera ya por la comunidad científica el cambio inevitable? Tenemos todavía la oportunidad de que sea la propia ciudadanía, en este caso, la comunidad agrícola, la que acepte esta necesidad del cambio y la forma de irlo implementando; ahora aún es posible.

* Puede completarse esta información con el siguiente documental: Suelos vivos, del programa El Escarabajo verde. https://www.rtve.es/play/videos/el-escarabajo-verde/suelos-vivos/6629108/

* * La información de Regen Academy ha sido aportada por una persona que ha participado en diversos cursos de este grupo que se dedica también a la formación en la agricultura regenerativa.

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